2.18.2007

La poesía nicaragüense

Este son dos poemas del libro de Iván Uriarte (Jinotega, Nicaragua, 1942), Cuando pasan las suburan. Un poemario lleno de odio y de clamor ante el ignominioso oprobio que el pueblo de Nicaragua (que todo pueblo latinoamericano) sufre en manos de la estulticia política, la insesibilidad humana, la desintegración social y el desprecio de la escritura que teje en negativo esa marcha del dolor hacia su conciencia y su transparencia. Tuve la ocasión de conocer a este poeta y escritor en Granada, Nicaragua, en el marco del III festival internacional de poesía que ahí se organiza por estas fechas cada año. Su persona, su breve y directa cátedra sobre los usos de la palabra poética, las posiciones que todo supuesto usurpador del lenguaje debe mantener en torno a todos los gestos que componen el habitar de la tierra y los hombres, su marxismo consciente, amplio, humano, creador y contemporáneo quedan en quienes lo conocimos como una enseñanza necesaria para conducir este aparato literario, estas máquinas deseantes, estos grafóforos postmodernos hacia un camino mucho más profundo y expansivo que el simple uso retórico de la palabra en los vacíos espacios institucionales a los que tantos parecemos aspirar quedando seducidos por esa tremenda arquitectura vana y grotesca que rodea hoy en día la expresión poética. Nicaragua es, en sus márgenes, en sus suicidios y asesinatos, en sus pobres y en sus creadores, anónimos, discriminados y contestatarios, un hermoso y trágico ejemplo de dignidad y resistencia.


Ivan Uriarte, Cuando pasan las suburban




LA POESÍA NICARAGÜENSE


Tiene que fajarse con la iniquidad
visitar la Chureca todos los días
y encenderse con verdor espiritual en cada oscuro
semáforo
Embestir cotidianamente la nada, la vacía testa de
políticos y economistas de Estado

Construir vocablos para exprimir el silencio
para esgrimir el grito del cambio social que todos
esperan.



LA LUCHA CON LAS PALABRAS


A diario lucho con las palabras
esas que me acechan apenas me despierto
las que uso cuando salgo a la calle
con las que maldigo
con las que oro en silencio.

Escribo para el periódico
redacto el ensayo
la conferencia
pero nada de eso tiene que ver con la poesía
La poesía es todo lo que uno no puede decir
es el silencio mismo que guardamos
días enteros sin poder soltarlo
es la soledad frustrada que nos acompaña
es el mirar a diario la injusticia
es un mundo mal distribuido
allá, allá los pobres
aquí los ricos.
No hay palabras que puedan decir
con precisión
las cosas que nos duelen
y por eso nos sentamos a escribir poesía
a tratar de descifrar un mundo que se nos niega
que nos margina porque no sabemos tocar una guitarra
eléctrica
o berriar con un piano desconsoladamente.

A diario lucho con las palabras
esas que dicen todo lo que el mundo quiere saber
esas que duelen
y abren heridas en la insensibilidad
de los que cuando sacan su billetera
solo muestran una ristra de tarjetas de crédito
sin necesidad de articular una sola palabra
¡Mundo de mierda!

A diario me fajo con las palabras como un topo
lápiz en mano
sobre la hoja en blanco
en el abismo de Mallarmé
¡Le hazard!
Le noble hazard

de la palabra nunca dicha ni oída
esa que busco cada día y no encuentro
oh modernidad computarizada
ciencia enlatada cuidadosamente por internet
vacuo mundo de celulares
gastando el idioma
usando las palabras como afanadoras
que nunca despejan ni abrillantan el pasillo.
Te sientas todos los días frente a tu computadora
como un robot perfeccionado para el sistema
que nos globaliza cada día y te convierte en una pompa de jabón
pero nunca te preguntás qué hacés ahí
ni tampoco nunca has sabido que clase de máquina
es esa que te domina a vos
y domina a todo el que se acerca a ella.

Los pitagóricos se hacían la pregunta elemental frente a
cada cosa
frente a cada fenómeno
frente a cada vocablo
y así nació la filosofía
Hoy entrás al supemercado, el almacén de electronica
y te llenás de chunches que ignorás en su totalidad
qué son, para qué sirven
porque nunca te has preguntado de que se trata
Que-ce que c'est?
Tienes que rendirle pleitesía al nuevo becerro de oro
al imperio sin centro
dominado por nuevos leviatanes
que embalsaman el idioma, los idiomas
el lenguaje de los pájaros
y hasta el triste cacareo de las gallinas
Ese disket que metés en tu computadora resuelve todos
tus problemas
ese disquillo plateado es la solución
es la respuesta, el conocimiento a punta de megavait
Meté el disquillo y báñate de conocimiento
Hewlett, Packard, Compaq, Macintosh ¡shit
Yo me quedo con la palabra que no encuentro
con el grafito, con la péñola en ristre como Don Quijote
buscando, buscando la palabra de cada día
esa que se me oculta
y que me conduce secretamente por el camino de la hoja
en blanco.