12.21.2006

La inmundicia

"Mundo del cuerpo ansioso, febril, fibrinoso, atorado, atascado en su propia proximidad, todos los cuerpos en una tupida promiscuidad de microbios, de poluciones, de sueros deficientes, de grasas excesivas, de nervios rechinantes, obesos, demacrados, hinchados, excavados por parásitos, embadurnados de cremas, ardientes, lustrosos, sobrecargados de toxinas, peridendo sus materias, sus aguas, diluyéndose en gas en las náuseas de la guerra o de hambrunas, de infección nuclear o de irradiación viral. La arealidad no es el dibujo acabado de la extensión sin la impureza de la propagación, de la diseminación solapada o brutal. Si el mundo de los cuerpos, en su creación, es justamente la captura en masas y la deriva arquitectónica de todos los macro/micro-cosmos, entonces también es el mundo de una impregnación de todos los cuerpos, y de una común exposición esponjosa donde todos los contactos son contagiosos, donde cada cuerpo que se espacia divide en capas y debilita también todos los espacios. En verdad, lo abierto no es una boca abierta, sino justamente la masa, lo masivo de nuestros cuerpos. A la vez, sólo es abierto por estar ahondado, excavado en la abertura hasta el atasco.
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Tensiones, presiones, flujos, coágulos, trombosis, aneurismas, anemias, hemólisis, hemorragias, diarreas, drogas, delirios, invasiones capilares, infiltraciones, transfusiones, manchas, cloacas, pozos, alcantarillas, espumas, chabolas, megalópolis, chapas, desecaciones, desiertos, costras, tracomas, deterioro de suelos, masacres, guerras civiles, deportaciones, heridas, trapos, jeringas, manchas, cruces rojas, crecientes rojos, sangres rojas, sangres coaguladas, sangres electrolizadas, de perfusión, inyectadas, rehusadas, rociadas, embebidas, atascadas, plastificadas, hormigonadas, vitrificadas, clasificadas, enumeradas, cuentas sangrantes, bancos de sangre, bancos de sentido, bancos de sin, tráficos, redes, derrames, flujos, charcos."
-Corpus, Jean-Luc Nancy.