7.29.2007

Sé que debería morir pronto. 

7.28.2007

imán

Quisiera creer que poesía y destrucción no es un libro, un ensayo, una tesis, sino un proyecto fundador, para mí, de la soledad. Que con él pueda soportar lo que sobrevenga: la ruptura y el desamor, la depresión y el desencanto, la ternura implacable de algo en los ojos en el zumbido la piel.

Cuánto tuvo sufrir el pueblo griego para ser tan sublime, dijo Nietzsche. Ahora espero en horas cuarteadas sin sueño entre continentes personas deseos heridas y fantasmas el cadáver con el que nacer de nuevo a esta irrealidad. Quiero desaparecer pero en el mundo siempre queda algo. Una sola cosa que se instala en la locura y el delirio, en la mochila fugaz que permanece escarbando el dorso y penetrando hacia el tórax para horadarlo. A eso se refiere T.S. Eliot con Hollow men.

Hay algo en los poemas rumanos de Paul Celan que serán mi epitafio. Todo lo que le pido al lenguaje es que me revele su secreto en secreto. Todo lo que le pido a mi escritura es cifrarse en el secreto. Mis lectores son sólo mis cómplices, a quienes amo en sombras. Un poema a la sombra de mi cómplice. Un secreto que va del habla a la escritura. De la espontánea creación de marcas en los gestos a su paraíso artificial de leche y ceniza (la página, la tinta). Ahora mi obra son cuadernos que tienen un destino. Pero cada cuaderno existe en el lugar de la pérdida.

4.30.2007

poesía y destrucción



(muchísimas gracias, pablo rasgado, por esto, de veras.
"el placer es dolor porque es puro proyecto" -dice chantal maillard.
gracias a todos los que han leído el proyecto,a los que leen aquí mis cosas y a los que nunca respondo, por timidez, por inseguridad.)

4.19.2007

El estado del arte

(Extracto de un ensayo escolar de febrero de 2004)

El momento histórico de producción artística conocido como la vanguardia de alguna manera parece clausurado en pos de una estética menos programática, ortodoxa, y el cierre de la diseminación de proyectos e ismos hechos de carga futura y ruptura e instauración de un orden implosivo crítico acelerado ha cedido para que en el panorama artístico se estableciera un espacio leve, de baja intensidad, entre voces y obras aisladas cuya significación apenas y representa un viaje personal de autor. La fecunda escena de crisis de este periodo, que erotizaba en un baile copulador al artista, al campo del arte y a la sociedad receptora, que dañaba y minaba los quehaceres tipificados del arte, que rozaba la destrucción del orden o, por el contrario, se sumaba enérgica a la termodinámica de la modernidad industrializada, masiva y heterogénea proponiendo formas (como el constructivismo ruso) artísticas apologéticas del desarrollo técnico y de la promesa de un nuevo ser en el universo cosmopolita y veloz de las capitales modernizadas, ahora descansa ahogada en sus presupuestos bajo la forma de “mercado artístico y editorial” en donde la recepción de la obra apenas y es tratada con importancia puesto que el discurso teórico e impugnador del arte se encuentra sepultado por las necesidades sociales económicas y políticas o por las luchas liberalizadoras fuera del orden de la estética. Desde que la revolución romántica atara en un mismo nudo ideológico ética, verdad y belleza (poesía, filosofía y religión) para abrir un nuevo orden desteologizado que fundamentara su creencia y espiritualidad, su base ontológica y su campo de posibilidad en el heterogéneo proyecto de la reflexión estética y de la obra de Arte y hasta el momento en que la crítica y el empuje vanguardista se calló, dejando en su horizonte un escenario blanco y yermo donde apenas y es posible reconstruir o siquiera reconocer el orden en ruinas, todo un mundo futuro sustentado en su Ideal ascendente de fusión de todos los órdenes del pensar y del actuar, de todas las actividades del ser humano potenciadas por la trascendencia que supone la obra artística se ha quedado como signo residual, como código semiótico desmotivado, como carga de significación y sentido desprovista de operatividad, como un lenguaje trágico, cadavérico y disecado, como una colección de objetos arqueológicos muertos.

El rescate del gesto de vanguardia y su puesta en la escena actual, la reconsideración de sus postulados y la transformación del campo de las artes actuales para reinstaurar una reflexión estética de dimensiones próximas a las de la primera mitad del siglo XX, la revalorización de la práctica artística como proceso colectivo y social, transformadora del orden, generadora de sentido y direccionalidad, impulsadora de una economía del signo como derroche y abundancia, como pluralidad desarticulada y genésica, como fecundación de lo heterodoxo y múltiple en el latido del instante es de lo que buena parte de la reflexión teórica debería de encargarse. Somos herederos de un mundo que se cumplió sin su ideal. Habitantes de un orden imposible e inasimilable que en su centro ha instaurado un nudo de vacuidades, un hueco que prolifera, éste orden sólo puede anudarse en su crisis. El arte debe ser la crisis, y como en la vanguardia, gozar en el abismo, para cumplir intransitivamente su mutación metafísica y poder eficazmente derramar su convulsión creativa en todos los órdenes del saber, en la gestualidad escénica de la ciudad moderna, en la experiencia jeroglífica y profunda de la intimidad, en la base de los registros colectivos y la fundación de una nueva mitología que subyazca como memoria arquetípica, en la operación creativa y material del poeta, en las palabras, en la aritmética de las palabras, en su danza, en su potencia religiosa y mística, en su centro, en su interior, operar el lenguaje como si se tratara de la existencia misma y fundamento del Ser.

4.03.2007

secretos

El ardor es un rito prohibido que sólo la herida produce
funde en la horma glaciar el denso magma de nuestra ceniza
nos violaremos sumisamente en una ignición criptógama
para licuar nuestros huesos inertes y perecer bullendo

...

Busco el volcán en tu incendio. Busco su ardor inundado en el cráter de tu cuerpo -íntimas brasas que se sumergen en fuego. En el núcleo de tu llama las quemaduras pinchan mis vasos sanguíneos haciéndolos crepitar. Me enciendo y soy tus pezones trémulos, tiritando excitados en la erupción. Nada logra contener la explosión de tu abrasada latencia. Asido en la lava me dejas uncirme a ti.

...

Hallé la fuerza para irme contigo de ilegal. Haremos el viaje atravesando por carreteras prófugas los márgenes de nuestro mundo, huyendo contigo de todas las prohibiciones que encarcelan a los otros. Iremos hacia los pueblos secretos, ahí llegaremos a los hoteles cómplices, andaremos por calles oscuras que nunca se cruzarán con aquellos que nos acechan.

...

En esa lenta purificación del calor apenas tocarte era estar empapado, escurriendo en vapor sobre los témpanos erotizados por los que iba recorriendo la piel carbonizada del mar.

3.31.2007

Luciérnagas

(De un relato que escribí hace tiempo...)

"En esa habitación buscaba el hechizo, el recuerdo. Dispersas anatomías de tu fantasía corporal, dispersas luces que se dispararan contra el cielo. Tu recorrido era un golpe asestado a glándulas de seda, interiores, húmedas, como la habitación de tus ojos. Nada había que sustentara la magnitud invisible de tu presencia previa, que precede a los sonidos de la noche, que precede al augurio de los viajes. Había hallado en ciertos crepúsculos oníricos razones inmediatas para proseguir la imperial invocación de tu amanecer, de los terrenales encuentros en viajes a través del hipotálamo, en carreteras lluviosas, nebulosas, en horizontes plenos de quietud y equilibrio. Y así, en ese discreto encanto de abandono, narraba nuestro viaje. De fábula cósmica, de sagaz lucha contra la invasión de leyes sumisas. No. Detrás de nosotros, precediéndonos, estaba el murmullo de las fuerzas del desorden, de la creación perpetua.

...

Y penetré entonces en un mundo subnarcótico, visual, atento a todos los incontables rincones de la espera. Caminé, muchísimo, con la conciencia dislocándose, abriéndose a un parecer ilimitado de tus posibilidades. Primero las horas se sumieron en un letargo y anularon los detalles nimios, minúsculos. La gente innecesaria (es decir, la gente que no conducía a ti) desapareció. Pero despertaron otras de sus sombras. Había ninfas, por todos lados, con silencios de sirenas (y yo de viaje, maldita sea). Así que tuve que ser agudo y destriparlas. El valle donde tú te encontrabas, reducido hasta donde el ruido y la música desaparecían, me resultaba cada vez más blanco. Las cosas estaban disolviéndose. Y así podía verte atravesar, a veces, de un lado a otro, lugares por donde dejabas estelas de susurros y parpadeos.

...

Aún así, tu búsqueda me seguía resultando imposible. En este valle, desplegándose casi blanco por doquier.
El tiempo, derretido, sólo esperaba tu amanecer. Solitario, entre campos de siluetas traslúcidas, podía mirarte a lo lejos. Tal vez regresarías por otros rumbos hacia mí. Así que en este centro laberinto de perpetuas babas nebulosas, blancas, no podía acercarme. Y tú aunque apareces, Luci, de vez en cuando con tu sonrisa verde y tu linterna, no me puedes ver. Adelgazado, opaco, como un vapor.
Aquel primer grupo que encontré a la entrada se me acercó de nuevo. Ellos me habían visto destripar la realidad, pieza por pieza, ley por ley. Me vieron cuando me acerqué a las flores y las despedacé, cesándolas. Me vieron también cuando borraba con gomas blancas el espeso rocío del valle. Me vieron, quietos, densos, fumando. Yo seguí suprimiendo todo lo que no permitiera una visión imperturbable del horizonte, ahora absoluto en su espectral nitor. Sí. Detrás de mí, precediéndome, habían estado ellos."

2.18.2007

La poesía nicaragüense

Este son dos poemas del libro de Iván Uriarte (Jinotega, Nicaragua, 1942), Cuando pasan las suburan. Un poemario lleno de odio y de clamor ante el ignominioso oprobio que el pueblo de Nicaragua (que todo pueblo latinoamericano) sufre en manos de la estulticia política, la insesibilidad humana, la desintegración social y el desprecio de la escritura que teje en negativo esa marcha del dolor hacia su conciencia y su transparencia. Tuve la ocasión de conocer a este poeta y escritor en Granada, Nicaragua, en el marco del III festival internacional de poesía que ahí se organiza por estas fechas cada año. Su persona, su breve y directa cátedra sobre los usos de la palabra poética, las posiciones que todo supuesto usurpador del lenguaje debe mantener en torno a todos los gestos que componen el habitar de la tierra y los hombres, su marxismo consciente, amplio, humano, creador y contemporáneo quedan en quienes lo conocimos como una enseñanza necesaria para conducir este aparato literario, estas máquinas deseantes, estos grafóforos postmodernos hacia un camino mucho más profundo y expansivo que el simple uso retórico de la palabra en los vacíos espacios institucionales a los que tantos parecemos aspirar quedando seducidos por esa tremenda arquitectura vana y grotesca que rodea hoy en día la expresión poética. Nicaragua es, en sus márgenes, en sus suicidios y asesinatos, en sus pobres y en sus creadores, anónimos, discriminados y contestatarios, un hermoso y trágico ejemplo de dignidad y resistencia.


Ivan Uriarte, Cuando pasan las suburban




LA POESÍA NICARAGÜENSE


Tiene que fajarse con la iniquidad
visitar la Chureca todos los días
y encenderse con verdor espiritual en cada oscuro
semáforo
Embestir cotidianamente la nada, la vacía testa de
políticos y economistas de Estado

Construir vocablos para exprimir el silencio
para esgrimir el grito del cambio social que todos
esperan.



LA LUCHA CON LAS PALABRAS


A diario lucho con las palabras
esas que me acechan apenas me despierto
las que uso cuando salgo a la calle
con las que maldigo
con las que oro en silencio.

Escribo para el periódico
redacto el ensayo
la conferencia
pero nada de eso tiene que ver con la poesía
La poesía es todo lo que uno no puede decir
es el silencio mismo que guardamos
días enteros sin poder soltarlo
es la soledad frustrada que nos acompaña
es el mirar a diario la injusticia
es un mundo mal distribuido
allá, allá los pobres
aquí los ricos.
No hay palabras que puedan decir
con precisión
las cosas que nos duelen
y por eso nos sentamos a escribir poesía
a tratar de descifrar un mundo que se nos niega
que nos margina porque no sabemos tocar una guitarra
eléctrica
o berriar con un piano desconsoladamente.

A diario lucho con las palabras
esas que dicen todo lo que el mundo quiere saber
esas que duelen
y abren heridas en la insensibilidad
de los que cuando sacan su billetera
solo muestran una ristra de tarjetas de crédito
sin necesidad de articular una sola palabra
¡Mundo de mierda!

A diario me fajo con las palabras como un topo
lápiz en mano
sobre la hoja en blanco
en el abismo de Mallarmé
¡Le hazard!
Le noble hazard

de la palabra nunca dicha ni oída
esa que busco cada día y no encuentro
oh modernidad computarizada
ciencia enlatada cuidadosamente por internet
vacuo mundo de celulares
gastando el idioma
usando las palabras como afanadoras
que nunca despejan ni abrillantan el pasillo.
Te sientas todos los días frente a tu computadora
como un robot perfeccionado para el sistema
que nos globaliza cada día y te convierte en una pompa de jabón
pero nunca te preguntás qué hacés ahí
ni tampoco nunca has sabido que clase de máquina
es esa que te domina a vos
y domina a todo el que se acerca a ella.

Los pitagóricos se hacían la pregunta elemental frente a
cada cosa
frente a cada fenómeno
frente a cada vocablo
y así nació la filosofía
Hoy entrás al supemercado, el almacén de electronica
y te llenás de chunches que ignorás en su totalidad
qué son, para qué sirven
porque nunca te has preguntado de que se trata
Que-ce que c'est?
Tienes que rendirle pleitesía al nuevo becerro de oro
al imperio sin centro
dominado por nuevos leviatanes
que embalsaman el idioma, los idiomas
el lenguaje de los pájaros
y hasta el triste cacareo de las gallinas
Ese disket que metés en tu computadora resuelve todos
tus problemas
ese disquillo plateado es la solución
es la respuesta, el conocimiento a punta de megavait
Meté el disquillo y báñate de conocimiento
Hewlett, Packard, Compaq, Macintosh ¡shit
Yo me quedo con la palabra que no encuentro
con el grafito, con la péñola en ristre como Don Quijote
buscando, buscando la palabra de cada día
esa que se me oculta
y que me conduce secretamente por el camino de la hoja
en blanco.