2.21.2006

Leer para llorar
para arrojarse con más fuerza
al acantilado para no
volver de ahí a el acá o el siempre
para arrojar más lejos al tiempo
e inundarlo de pliegues, líneas, palabras,
pensamientos, para desescribirlo.

Leer para dejarse leer
leer para hacer crecer el
vértigo y la culpa hasta
parecer sólo su hueco

Leer para cruzar el desfiladero
de nuestra mirada

Leer para reducir el mundo a
su intacto llanto. Leer para no
tener nuestra emoción sino
sólo la quebradiza caída,
sólo el efímero caos
sólo el deslizarse puro de las
letras sobre el surco de los sesos.

Leer para perderse
la vida y no
dejar nunca más
la pérdida.

Leer para estrellarse
en la vida, para romperse
en la vida desde su locura.

Leer para conmover
a la luz, para
llorar por alguien que
nos deja, para esperar
a alguien que nunca va
a esperarnos.

Leer para inscribir en los huesos
la historia de nuestros nombres,
gestos hijos de murmullos.

Leer para hacer crecer el lenguaje
como una transparencia invisible.